
Los días de descanso han tomado un cariz diferente desde que entreno con Ana. Si bien es cierto que practico ejercicios de movilidad, propiocepcion, respiración consciente e hipopresivos todos los dias, son los “rest days” los elegidos para explayarme con una buena sesión yoguini.
Existen gran cantidad de personas con autismo que presentan gran flexibilidad e hiperelasticidad, normalmente acompañada por un desarrollo hipotónico de los músculos, en mi caso me cuesta bastante tonificar la musculatura, tengo tendencia a bajar de peso si me descuido y soy bastante elástica. La contraparte se presenta en personas con total falta de flexibilidad y músculos hipertónicos o con movimientos robotizados.
Realizar una sesión semanal de yoga cañero me ayuda a trabajar principalmente la estabilidad y el equilibrio, la movilidad de cadera y la postura.
Como os comenté en otro post el equilibrio y yo no somos grandes compañeros de fatiga, bajar en carreras de montaña me requiere un extra de esfuerzo a nivel psicomotriz, ir en bici tiene su punto y las carreras de canicross me resultan impensables. Hace poco me ofrecieron correr una con un perro la mar de molon y yo ya me imaginaba estampándome en el primer árbol del circuito, tropezando con la correa o mejor aun, haciendo de trineo humano hasta llegar a la meta.. cosicas neurodivergentes y tal.
Practicar los 108 saludos al sol, alguna secuencia de guerreros, posturas invertidas.. Sesiones donde la fuerza isometrica, el trabajo unipodal y las aperturas estén presentes.
Cual es el punto de diferenciación en mi caso? Que necesito visualizar la postura y a ser posible saber más o menos cómo va a ser la sesión.
Si solo escucho no tengo el poder para coordinar el movimiento con el mismo flow, y si no sé de qué va a ir la cosa minimamente puedo terminar con una pierna en la oreja mientras el resto de la clase está haciendo el pino.
Algo que también me resulta un poquito complicado de gestionar es el ratito de savasana final, tengo tendencia a levantarme antes y saltarme el paso o empezar a tensionar todo el cuerpo para relajarlo después.
En Zaragoza hay millones de profesionales yoguinis, personalmente os recomiendo a mi compañera y amiga bailonga Elena, capaz de adaptar una clase de diez personas con diez secuencias diferentes porque para ella tod@s y todo somos importantes
Voy a seguir escribiendo en mi diario personal, que mañana toca quedar con Emilio y sus sesiones de terapia especializada para deportistas con AACC.
Besitos!

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